Por María Cristina Gallo
Entre
el viernes 7 y el domingo 9 de noviembre, en la Casa de la Cultura de Alem nº 925 de Bahía Blanca, se
realizó el “Pequeño Festival de Historieta & Afines 2”. Entre las
actividades se encontró un taller dictado por el dibujante historietista uruguayo
Gervasio Troche y la presentación de su libro “Dibujos invisibles”.
Lo que realiza es historieta, relato o humor gráfico,
que puede representarse en uno o más cuadros. Todos sus trabajos son hechos
primero en lápiz y luego los pinta con acuarela negra líquida, la que con el
agua permite que se diluya, logrando así sombreados y tonos de grises. Utiliza
la monocromía y el silencio porque refleja
más su mundo interno, cuenta Gervasio. Los temas utilizados son de lo más
variado: el cielo, las linternas, la música, la lluvia, escaleras y ventanas,
sogas. Son dibujos absolutamente simples pero trasmiten muchísimo y encierran cierta
magia o misterio. No se necesita de las palabras porque ellos son lo
suficientemente expresivos.
Los bellísimos dibujos de Troche
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Dice Troche que sus dibujos son representaciones del
mundo exterior y de su propio mundo interior. Las lluvias dibujadas son también
sus “lluvias internas”. “Las linternas son las primeras cosas con las que
empecé a experimentar, en una etapa en que estaba medio perdido. A la distancia
me doy cuenta que yo andaba medio perdido en la oscuridad por eso las
dibujaba”, cuenta. El dibujo es su mejor forma de expresión.
Otro de sus dibujos
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Muchísima gente, de todas las edades, concurrió al
taller que brindó, para todo público, con entrada libre y
gratuita. Se trató de un taller donde
cada uno experimentó en su hoja. Planteado de la manera más horizontal posible
y para compartir entre todos lo que se haga. El historietista dio algunos
ejercicios que sirvieron como trampolín para poder empezar. En el primero,
pidió a los participantes que tracen una línea, se concentren en la misma y
empiecen a dibujar cosas, la mayor cantidad posible y que puedan relacionarse
con esa línea, que puede ser recta o curva, lisa o punteada, continua o
discontinua, pero que entre en nuestro interior. En su adolescencia
Troche creó un personaje, Mangrullo, que se convirtió en su amigo, aunque
luego le varió un poco en su fisonomía. En base a eso planteó el segundo
ejercicio; solicitó a cada participante que comenzara a crear su personaje y lo ubicara en una
historia con dos cuadros cómo mínimo. En el tercero pidió que dibujen un
recuerdo o un sueño, en los cuadros que consideren. Luego, en el último,
ejercicio, hacer un dibujo totalmente libre. El objetivo del taller fue que
funcione como un trampolín para que cada uno siga trabajando en la casa y que este
encuentro haya servido para entusiasmar a sus participantes en el dibujo y para
que tengan en cuenta que cuando necesitan
expresarse cualquiera puede hacerlo con una hoja y un papel, concluyó
Gervasio.
Gervasio Troche, en el
Taller, con su personaje “Mangrullo”
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Gervasio Troche es uruguayo, aunque nació
ocasionalmente en Argentina. A los seis meses se fue con sus padres, ambos exiliados
políticos uruguayos y artistas, a vivir a Francia, donde permaneció hasta los 9
años, salvo un corto período en que la familia vivió en Méjico. Luego, a partir de 1985, volvieron a
radicarse en Uruguay en donde vive hasta la actualidad. Comenzó a dibujar de niño
como una forma de comunicarse, aunque luego acudió a un taller de historietas y
tuvo acceso al conocimiento de otros dibujantes.En su blog, http://portroche.blogspot.com/, se pueden admirar sus representaciones. Esta ha sido la primera visita
de Troche a Bahía Blanca.
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